miércoles, 18 de noviembre de 2009

Conclusion.

Un celular o telefono movil como tambien es llamado es un aparato electronico que nos brinda innumerables ventajas y facilidades pero su exesiva y mala utilizacion trae tambien consigo innumerables problemas para el hombre, en lo psicologico, en el desarrollo educativo y hasta en la salud misma. Asi que hay que usar bien y con moderacion este aparato para que sea comodidad no un perjuicio.

Riesgos del uso de celulares.


a) Dependencia o uso excesivo: Muchos
menores afirman sentirse intranquilos y
ansiosos cuando se ven obligados a prescindir
del celular. Los expertos estiman
que ya existen dos adictos por cada mil
personas que usan la telefonía celular. A
diferencia de otras pantallas, la edad de
inicio es muy baja, debido al fácil acceso
que los menores tienen a este sistema de
comunicación y a que no existe un efecto
de rechazo social a su uso.
b) Acceso a contenidos nocivos: El celular
puede permitir que los menores accedan a
contenidos poco recomendados. Estos son
algunos ejemplos:
• Servicios premium –logos, animaciones,
vídeos, salvapantallas- de mal
gusto o, incluso, pornográficos.
• Acceso a Internet, por lo que todo lo
bueno y lo malo de este medio tiene
una ventana abierta en la pantalla del
teléfono.
• Intercambio de archivos multimedia
de contenido, en algunas ocasiones,
grosero, pornográfico
o, incluso,
ilegal.
c) Consumismo:
Los menores
no suelen ser
conscientes del
gasto que supone
usar un celular,
muchas veces porque
no se hacen cargo de él.
Esto les lleva a consumir
muchos productos o servicios
de los que podrían prescindir.
También, suelen cambiar el celular
con demasiada frecuencia, buscando
poseer el modelo con tecnología
más avanzada y diseño más moderno.
Además, la pantalla del teléfono celular
se ha convertido en una ventana abierta
a la publicidad de cualquier tipo de
servicio.
d) Contactos no tan deseables: Muchos
menores facilitan su número de celular
a desconocidos. Algunos de ellos han
sufrido después algún tipo de acoso
sexual.
e) Cyberbullyng: El celular puede emplearse
para ejercer bullyng o acoso
escolar. Hay menores que lo emplean
para enviar mensajes amenazantes o insultantes
a otros. También distribuyen
fotos o vídeos de compañeros con el
objetivo de burlarse de ellos. Todo indica
que esta modalidad de acoso está en
aumento.
f ) Rendimiento escolar: La mayoría de los
menores no desconecta el celular mientras
estudia o hace la tarea escolar. Hay
bastantes que también lo usan mientras
están en el colegio. Esto puede producir
una disminución del rendimiento escolar
por falta de concentración en la tarea.
Es muy habitual que los menores estén
pendientes del celular cuando
ya están en la cama. Esto puede
causar perturbaciones
en el sueño que afecte al
rendimiento escolar.

Oportunidades que nos dan los celulares.

El celular permite a los padres ponerse
en contacto en cualquier momento con
sus hijos. Asimismo, los menores pueden
comunicarse con sus padres o amigos en
caso de necesidad. Esto proporciona seguridad
y tranquilidad.
Además, el celular nos permite recibir
información y datos que nos ayudan en la
gestión del día a día: avisos, noticias, notas,
invitaciones, etc.
Por último, cada vez más, el celular tiende
a ser la única pantalla, pues con él se
pueden realizar muchas de las cosas para
las que antes se requerían diversos aparatos:
cámara de fotos o vídeo, reproductores
de mp3, radio, agenda electrónica, conexión
a Internet, etc.

Celulares: ¿herramientas para el aprendizaje?


En los 80, fue la PC; en los 90, internet. Hoy, la revolución es el móvil: así resume Howard Rheingold la evolución de las nuevas tecnologías en las últimas décadas. Y observa que, en torno a estas, se han desarrollo organizaciones colectivas espontáneas, virtuales, inteligentes; y nuevos usos de la tecnología, liderados en la mayoría de los casos por los usuarios más jóvenes. Basta con ver el uso masivo que los nativos digitales hacen de los mensajes de textos, para distintos fines.
Contra la lógica de estos fenómenos, que tienden a auto-organizarse de manera espontánea y compleja, las instituciones tradicionales intentan imponer no pocas restricciones, que aspiran a regular los usos de la tecnología. Apocalípticas más que integradas, lo que aparece en muchas de estas iniciativas son visiones simplistas acerca del rol de la tecnología en la vida cotidiana, y de cómo ésta nos cambia y cambia nuestras organizaciones.
No obstante, en algunos casos, los docentes han diseñado sus propias estrategias pedagógicas para integrar a los nuevos medios -entre ellos, los teléfonos celulares- en los procesos de enseñanza-aprendizaje, aunque estos usos son todavía experimentales y deparan resultados inciertos. Por su parte, especialistas en esta temática como Marc Prensky arriesgan algunas propuestas sobre la educación en la era digital, que incluyen a los videojuegos, de un modo más sistemático.

Aprendizaje colaborativo con los alumnos
El punto de partida de Prensky, en un trabajo titulado Listen to the natives -Escuche a los nativos-, es su observación de que los estudiantes se han introducido en el siglo XXI, mientras que las escuelas todavía están pegadas al siglo XX. Su pregunta, entonces, es: ¿cómo pueden las escuelas alcanzar a los estudiantes y proveerles educación relevante?
La propuesta de este diseñador de juegos educativos es la siguiente: los docentes no necesitan ser expertos en nuevas tecnologías sino dedicarse a hacer lo que ellos hacen mejor; ésto es: coordinar el debate de ideas en las clases. Pero sí resulta fundamental que encuentren modos de incorporar en esas discusiones la información y el conocimiento que sus alumnos obtienen por fuera de las clases, en sus “vidas digitales”:
Nuestros jóvenes generalmente tienen una idea sobre lo que traerá el futuro mucho más precisa que la que nosotros tenemos. Ellos ya están adoptando nuevos sistemas para comunicarse –la mensajería instantánea-, compartir información –blogs-, comprar y vender –eBay-, intercambiar –tecnologías peer-to-peer-, crear –Flash-, encontrarse –mundos 3D-, coleccionar –downloads-, coordinar –wikis-, evaluar –sistemas de reputación-, buscar –Google-, analizar –SETI-, registrar –teléfonos con cámaras-, programar –modding-, socializarse –salas de chat, e inluso aprender –búsqueda en la web-.
Cuanto más integre la escuela estas prácticas cotidianas de los nativos digitales, corre menos riesgos de quedar aislada de la vida extra-escolar y de lo que necesitan los alumnos para desenvolverse en ella. Aunque el tema pasa también por otro lado: la necesidad de motivar a los alumnos y captar su compromiso –siendo éstos dos pre-requisitos para el aprendizaje-. En este sentido, Prensky propone incorporar a las clases objetivos y opciones que sean interesantes para los alumnos, feedback inmediato, y posibilidades de “subir de nivel” o superarse: la misma combinación que motiva y compromete a los chicos con sus videojuegos favoritos.
Pero la idea de aprendizaje colaborativo de Prensky es bastante más radical, e incluye la participación de los alumnos en discusiones sobre el desarrollo del currículum, los métodos de enseñanza, la organización escolar e incluso la disciplina. Sin la representación de los alumnos, las políticas y decisiones de los educadores no serán efectivas por mucho tiempo más –sostiene el autor-.

Algunas sugerencias para utilizar los nuevos medios en la escuela
Los siguientes ejemplos están tomados del blog de Prensky, y proponen distintos modos de integrar a los teléfonos celulares en el trabajo escolar, tanto para el aprendizaje de contenidos curriculares como de prácticas en general. ¿Cómo deben ser las estrategias pedagógicas para articularse con los modos de organización espontáneos, desarrollados en los usos de las tecnologías; y no tratar de imponer una lógica inversa?
La primera de las propuestas de Prensky es constituir una especie de comités, integrados mayoritariamente por alumnos, con la función de establecer las normas para el uso de los teléfonos celulares en la escuela, y disciplinar a aquellos que no las cumplan. Y organizar, de modo complementario, asambleas escolares, en las que los alumnos, docentes, y eventualmente los padres, pudieran debatir sobre distintos aspectos del tema.
De este modo, las normas acordadas como producto del debate tendrían mayor credibilidad entre los alumnos; pero también estos espacios podrían ser una oportunidad para que los estudiantes aprendan a convivir de manera democrática y respetuosa de las diferencias.

Otra de las posibilidades es que estos comités, al estar integrados también por docentes, pudieran señalar otros usos creativos de los celulares en el contexto escolar, sin quitarles su atractivo o su componente de diversión:
-Organizar clases que se desarrollen solamente mediante mensajes de textos, que permitirían a los alumnos interactuar con grupos de otras ciudades o países –estas clases también podrían realizarse en otras idiomas, tal como se desarrollan algunos cursos para aprender inglés-.
-Convocar a un concurso de fotos tomadas con un celular, que premie a la imagen más divertida –o la más educativa- de un estudiante, docente, o algo representativo de la escuela, y donde los jueces sean los propios alumnos. En esta línea, podrían realizarse también otras convocatorias, como la de crear un corto o un film con imágenes obtenidas a través de un celular, con la finalidad de acercar a los alumnos a nociones básicas de edición de sonido e imagen.
-Crear un juego en el que se combinen distintos géneros o corrientes literarias, y se pueda escuchar desde un poema beat hasta uno de Shakespeare con sólo presionar un número, o hacer un comentario sobre lo que a uno le gusta y porqué. O crear una novela colectiva, en un nuevo formato, donde cada alumno agregue algo a la historia.
-Realizar ejercicios de comunicación emergente: ¿qué tan rápido un mensaje puede extenderse a una clase entera? ¿y a la escuela? ¿Cuál es el mejor modo de hacer esto?
Habrá que abrir estas u otras puertas, para reinventar la tarea de educar (y aprender con-) los nativos digitales, en los próximos años.

Los adolescentes y el fenomeno del celular.


La pregunta por los potenciales usos educativos de los celulares, y las experiencias innovadoras que desarrollan algunos docentes en este sentido, surgen a partir del uso generalizado de estos aparatitos por parte de los chicos y adolescentes. En pocos años, el celular ha dejado de ser sólo el medio para que los padres puedan localizar a sus hijos; con los mensajes de textos (SMS), y su “oralidad escrita”, el celular se convirtió en una forma de comunicación entre pares.
Para tratar de determinar por lo menos algunas consecuencias que acarrean el uso de teléfonos móviles en niños y adolescentes, a modo personal le invito a que si usted quien lee este escrito es mayor de edad, conteste algunas preguntas tomando como referencia a un menor de edad cercano (hijo-a-, hermano-a-, amigo-a-, conocido-a-, etc.), para tratar de establecer cual es el grado de relación que tiene con el teléfono móvil de acuerdo a las experiencias que le ha visto o escuchado hacer con él.
1). ¿Esta persona lleva constantemente un teléfono celular?
2). ¿Cree que ella necesita en realidad del uso del teléfono móvil(en este caso se refiere a que en verdad tenga o quiera estar en contacto permanente, ya sea para casos de emergencia o de ser ubicado(a) o ubicar a otras personas) ?
3). ¿Cree o tiene la certeza de que el niño o adolescente que usa el teléfono móvil lo considera un símbolo de status, al punto que ocasionalmente lo ha escuchado hablar sobre el aparato con opiniones de que quiere comprarse uno nuevo o, en fin, es uno de sus temas predilectos?
4). Cuando está con usted y conversan, ¿de repente esta persona empieza a ocuparse de su teléfono móvil así sólo sea para mirarlo?
5). ¿Considera que ese niño o adolescente tiene un muy buen conocimiento del uso del teléfono móvil, hasta en muchas oportunidades dejarlo de cierta forma descrestado a usted?
6). ¿Sabe si ese teléfono móvil es la única manera de comunicación fija o constante que tiene esa persona?
7). ¿Cómo cree que le afectaría a ese niño o adolescente la pérdida o robo de su teléfono móvil? (si no ha pasado por esta experiencia).
8). ¿Qué opinión tiene usted respecto a la telefonía móvil de acuerdo a su experiencia personal y, si es del caso, incluida aquella que tal vez haya vivido con este niño o adolescente?

¿Necesito un teléfono celular?

EN NUMEROSOS países se utiliza cada vez más el teléfono celular, o móvil. Este aparato resulta, desde luego, práctico. Permite que tus amigos y tus padres se comuniquen contigo, y tú con ellos, a cualquier hora y en cualquier lugar. Con algunos modelos se pueden intercambiar mensajes de texto cortos, que “es el sistema más reciente con el que los jóvenes satisfacen su ansia de comunicación”, según el diario londinense The Times. Hay teléfonos celulares que incluso te conectan al ciberespacio y te dan acceso a sitios de Internet y al correo electrónico.
Tal vez ya tengas celular o estés pensando en conseguir uno. En cualquier caso, conviene que examines los pros y los contras que presenta su uso. Aunque es cierto que los teléfonos móviles tienen sus ventajas, piensa también en la otra cara de la moneda. Si conoces bien sus posibles desventajas, en caso de que te decidas a comprarte uno, lo usarás con más prudencia.

El celular y su impacto en la salud.


En los últimos años del uso de teléfonos celulares dentro de la población general, es un tema de debate mundial, por sus posibles efectos sobre la salud. La influencia de las radiaciones electromagnéticas en el organismo, a mediano y largo plazo todavía esta siendo estudiado por la OMS, pero se han reportado casos aislados de lesiones en algunas personas que utilizan con frecuencia este medio de comunicación móvil.

Efectos de las radiaciones emitidas por los teléfonos celulares
Varios estudios han demostrado que las radiaciones provenientes de los teléfonos móviles producen cambios en la temperatura del organismo; en el cuerpo hay áreas que son más sensibles al calor como son los ojos (formación de cataratas) y los testículos (disminución en la producción de espermatozoides).
En exposición continuada, a largo plazo, con el uso del móvil o expuestos a las antenas repetidoras, muchos científicos encuentran daños en la membrana celular (flujo de iones Ca, K, Na), efectos sobre el sistema inmunitario con pérdida de defensas, e incluso alteración del ADN, con destrucción de cromosomas, y rotura de enlaces simples y dobles.

Recientemente han sido realizados algunos estudios en humanos, que parecen mostrar una tendencia a aumentar el riesgo de tumores cerebrales en usuarios activos del celular, pero es necesario realizar investigaciones con mayor número de personas y períodos prolongados, que descarten o comprueben la relación tumor-radiación.

La radiación más peligrosa proviene de la antena del móvil, situada muy cerca de la cabeza y se atenúa al alejar el aparato del oído. La potencia de emisión aumenta, automáticamente, según los obstáculos materiales (paredes, vehículos, etc.) encontrados entre el móvil y la antena repetidora. Los efectos biológicos dependen del tiempo de exposición a las microondas, aumentan linealmente con la potencia de la fuente de emisión (móvil o antena), y decrecen exponencialmente (d2) al aumentar la distancia entre el móvil o antena repetidora y la persona expuesta.

Todos somos sensibles a las microondas, pero el peligro potencial frente a los campos electromagnéticos es mayor para la “población de alto riesgo”, como embarazadas, bebés y niños que presentan un peligro estadístico mucho mayor (hasta en centenares de veces).
El riesgo también se incrementa en enfermos, ancianos y, más aún, en las personas ultrasensibles, el colectivo de “alérgicos a la electricidad” que puede presentar respuestas biológicas con dosis de radiación hasta mil veces menores.
Estas radiaciones, llamadas microondas, afectan también elementos técnicos de alta sensibilidad, razón por la cual es prohibido su uso en aviones, lugares con amplias medidas de seguridad, hospitales o en personas con marcapasos cardíacos.

¿Los teléfonos celulares causan cáncer?
No existe una respuesta definitiva con respecto a si los teléfonos celulares causan cáncer o no, puesto que la información disponible se basa en estudios a corto plazo. Sin embargo, en el presente varios estudios importantes no muestran evidencia que relacione los teléfonos celulares con el cáncer.
La cantidad de tiempo que las personas usan los teléfonos celulares se ha incrementado y se ponderará en estudios actuales y futuros. Esta investigación en curso continuará durante muchos años para comprobar si puede existir una relación entre los tumores cerebrales o de otras áreas de lento crecimiento en periodos de tiempo más prolongados

Las radiaciones pueden afectar la fertilidad masculina.
La radiación emitida por los teléfonos celulares puede afectar significativamente la fertilidad masculina, afirmó un equipo de científicos de la Universidad de Szeged, en Hungría.
Según los investigadores -que presentaron los resultados de su estudio en una reunión de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE por sus siglas en inglés) en Berlín- dicha radiación reduce el número de espermatozoides en un más de un 30%.
El estudio húngaro es el primero en analizar la influencia de las radiaciones electromagnéticas sobre el esperma.
Incluso aquellos hombres que tenían su teléfono encendido (aunque no lo hubiesen usado) fueron afectados.
Los espermatozoides restantes, según explicaron, se movían de una manera anormal, reduciendo las posibilidades de reproducción, afirmó el equipo.
Los efectos son peores en lugares cerrados
Los efectos de las radiaciones son peores en lugares cerrados. Por ejemplo en un ómnibus metálico donde están hablando más de diez personas el efecto que tiene esta emisión de antenas emitiendo es tremendo.
Una investigación realizada por científicos japoneses sugiere que el uso de aparatos celulares dentro de los vagones de los trenes puede poner en peligro la salud de los pasajeros.

El estudio precisa que los niveles de radiación electromagnética en los trenes puede exceder los límites internacionales de seguridad, incluso si pocas personas hablan a la vez por teléfono.
Esto se debe a que las microondas emitidas por los aparatos celulares no tienen por dónde salir y simplemente rebotan dentro de los habitáculos.
Tsuyoshi Hondou, de la Universidad de Tohuku, empleó los planos de un vagón típico para calcular el impacto de la radiación.
Descubrió que muy pocas señales logran escapar por las ventanas y, en cambio, se quedan dentro, yendo de un lado a otro.
Calculó que si apenas 30 pasajeros de un total de 151 hablan por teléfono, el nivel de microondas sobrepasa el límite recomendado por el Comité Internacional sobre Radiación No Ionizante.

También estimó que, debido a que las señales suelen potenciarse, el riesgo persiste incluso si hay pocas personas en los vagones.
"Es posible que haya peligro aun si el tren está semivacío", insistió el científico japonés en un artículo publicado por la revista New Scientist.
"Preocupante"
Hondou consideró que este hallazgo es "preocupante" en vista de la creciente utilización del sistema WAP (el protocolo para navegar por Internet a través de los teléfonos) y de otros dispositivos móviles.
Asimismo, recomendó a los operadores de ferrocarriles introducir nuevos reglamentos sobre el empleo de aparatos celulares en los vagones.
Finalmente, advirtió que los efectos observados en los trenes también podrían verificarse en autobuses y elevadores.
Sin embargo, el profesor Les Barclay, miembro de comité de investigación sobre teléfonos móviles del Departamento de Salud del Reino Unido, dijo que los riesgos para la salud son mínimos.
"Las señales pierden potencia rápidamente a medida que uno se aleja del aparato. Y cuando rebotan en una pared, ya son muy débiles", explicó.

Los teléfonos móviles pueden provocar accidentes de tránsito
Los teléfonos móviles pueden provocar más accidentes de tránsito que el alcohol, según un estudio británico.
Una serie de pruebas realizadas por científicos del Laboratorio de Investigación sobre el Transporte arrojaron que cuando se conversa por teléfono mientras se conduce, las reacciones son más lentas que bajo la influencia del alcohol.
La investigación indica que el peligro es prácticamente el mismo si se utilizan teléfonos celulares o aparatos que no se tienen que sostener en la mano.
El uso de teléfonos móviles mientras se maneja es ilegal en más de 30 países, pero en otros, como el Reino Unido, no ocurre lo mismo.
Roger Vincent, de la Sociedad Real para la Prevención de Accidentes, pidió que se prohibiera también en este país.
"El problema es que uno se sumerge en la conversación telefónica y ésta comienza a tomar precedencia sobre la tarea de conducir", le dijo a la BBC.

Las reacciones pueden ser 50% más lentas.
Guardar las distancias
La investigación mostró que, como promedio, la reacción de los choferes es 30% más lenta mientras conversan por teléfono que cuando conducen por encima del límite de alcohol y 50% más lentas que cuando se maneja normalmente.
Los conductores también tuvieron dificultades para mantener una velocidad constante y a la hora de guardar la debida distancia de otros automóviles.
En el estudio participaron 20 voluntarios y fue realizado con un simulador automovilístico.